jueves, 22 de septiembre de 2022

 Juana I de Castilla

 

Introducción

Si una figura histórica ha sido no ya invisibilizada en la historia de nuestro país, sino maltratada, ha sido Juana I de Castilla, la reina a la que nunca dejaron reinar. El interés que me despierta se basa en que, en mi opinión, es un claro ejemplo de todas las mujeres que han sido injustamente excluidas del poder a lo largo de la historia. Y a que era toledana, como mi padre.

Biografía

Nació el 6 de noviembre de 1479 en Toledo, como ya he dicho. Era la tercera hija de los Reyes Católicos por lo que no fue preparada para gobernar, aunque sí recibió una educación esmerada. Tuvo una infancia feliz, siguiendo a sus padres a lo largo de todas sus campañas, allí donde estuvieran.

Con motivos diplomáticos y estratégicos, los Reyes Católicos negociaron matrimonios para su hijo e hijas por lo que, queriendo reforzar sus lazos con la casa de Habsburgo, casaron a Juana con Felipe, archiduque de Austria, “el Hermoso”. Se traslada a Flandes donde disfrutó de un matrimonio feliz, hasta que ella quedó embarazada y él empezó a pasar el tiempo con sus amantes.

Por la muerte de sus hermano y hermana mayores, y de su sobrino, se convirtió en heredera al trono, volviendo entonces a Castilla para su proclamación como tal, junto a su marido.

Pero Felipe vuelva a Flandes, dejándola a ella atrás al estar de nuevo embarazada. Tras dar a luz, Juana intentó seguirlo pero Isabel I la encerró en el castillo de La Mota para impedírselo. Finalmente y dado su estado de melancolía, la dejó marchar. Sin embargo, allí sólo encontró el desprecio de las cortesanas y de su marido que la encerró en sus aposentos.

A su muerte, Isabel declara a su hija Juana heredera universal y manda que si está ausente de sus reinos, o no quiere o no puede gobernarlos, que los gobierne por ella su padre, el rey Fernando, hasta que su nieto cumpla veinte años. Juana, que no se había enterado del fallecimiento de su madre al estar recluida, firmó un escrito entregándole el poder a Fernando el Católico.

Una vez en Castilla Felipe intentó, sin lograrlo, incapacitar a Juana. No obstante y con el apoyo de muchos nobles castellanos, consiguió que lo hiciera su padre, el rey Fernando, declarándola loca y pasando a gobernar éste en Aragón y el de Habsburgo en Castilla en nombre de la reina. Y así lo hacen hasta que Felipe fallece repentinamente a la edad de veintiocho años.

Cumpliendo el deseo de su marido de ser enterrado en Granada, doña Juana inicia un peregrinaje por Castilla con el féretro de Felipe que duró tres años, hasta que se reencuentra con su padre que la convence de instalarse temporalmente en Tordesillas, pero donde permaneció hasta su muerte, casi cincuenta años después.

A la muerte de Fernando el Católico se convirtió también en reina de Aragón y de Navarra, pero fue su hijo Carlos el que fue proclamado como rey de Castilla y Aragón, una vez más en nombre de la reina.

Tras la toma de Tordesillas por parte del ejército de los comuneros, sus representantes fueron recibidos por la reina, pero ella se negó a intervenir en el conflicto en ningún sentido y a firmar ningún documento. La revuelta fracasó y Carlos la mantuvo encerrada.

Murió sola a los setenta y cinco años, en un estado lamentable.

¿Qué quiero poner en valor de esta figura?

Quiero destacar que la vida de Juana I de Castilla estuvo en manos de tres hombres que nunca le permitieron reinar. La anularon como persona aduciendo que estaba loca. Primero su marido, Felipe de Habsburgo, por el que sentía una pasión desmedida. Después su padre, Fernando el Católico, que fue quien declaró su incapacidad por mera ambición. Por último, su hijo Carlos I, que aprovecho la situación y reinó en su lugar, y por la que no demostró el más mínimo afecto.

Pasó recluida la mayor parte de su vida. Primero la encerró su madre en La Mota por anteponer el profundo amor que sentía por Felipe y querer seguirlo hasta Flandes, a su condición de heredera al trono. Más tarde la encerró su marido, para evitar las quejas ante sus devaneos con otras mujeres. Y por último y a instancias de su padre, fue recluida en Tordesillas donde también la mantuvo su hijo. 

En las diferentes biografías consultadas se destaca que Isabel la Católica nombró heredera universal a su hija, resaltando que dejó mandado que la gobernación de los reinos fuera ejercida por el rey Fernando en caso no poder hacerlo ella. Pero obvian que antepone que no quisiera a que no pudiera, lo que no resulta extraño dado el desinterés político demostrado siempre por su hija Juana. Aunque la mayoría de las versiones entienden que ya entonces Isabel estaba considerando su supuesta locura.

Para explicar al peregrinaje de Juana a lo largo y ancho de Castilla con el ataúd de su marido, hay distintas versiones. La más popular, claro, que estaba loca. Sin embargo, he leído que Fernando no estaba de acuerdo en que Felipe fuera enterrado en Granada antes de poder descansar allí él mismo. También he leído que el rey Enrique VII de Inglaterra había pactado casarse con ella, pero no se podía llevar a cabo el enlace hasta que Felipe estuviera enterrado, lo que puede hacer pensar que Juana intentase retrasar ese momento todo lo posible.

De lo que no cabe duda es de que el estado de dejadez y falta de higiene de la reina Juana durante su encierro en Tordesillas no se debió a su locura, sino a los malos tratos a los que fue sometida. Así lo constató Francisco de Borja que, ante las murmuraciones de que la reina estaba endemoniada, la visitó a petición de su nieto Felipe. No obstante, no hubo ninguna consecuencia.

Cabe la posibilidad de que, de padecerla, esa locura fuera una enfermedad sobrevenida a una mujer triplemente engañada por su padre, por su marido y por su propio hijo. En definitiva, Juana era culta, bien instruida, con luces suficientes y un carácter fuerte para alzar la voz, motivo más que suficiente para, al tratarse de una mujer, ser tachada de loca. Unido a los ataques de celos y a que atravesaba periodos de melancolía, mal que también aquejó a Isabel I aunque nadie dudó nunca de su capacidad, forjaron una leyenda que perdura hasta nuestros días.

Bibliografía

Historia - La Monarquía Hispánica - Los Austrias - Juana I (cervantesvirtual.com)

https://www.biografiasyvidas.com/biografia/j/juana_laloca.htm

Concordia de Villafafila - 27 Junio 1506

Concordia de Villafáfila - Wikipedia, la enciclopedia libre

Villafáfila y la Concordia de Juana (lugaresconhistoria.com)

Concordia de Salamanca - Wikipedia, la enciclopedia libre

Juana I de Castilla - Wikipedia, la enciclopedia libre

La triste historia de Juana la Loca (nationalgeographic.com.es)

Biografia de Juana I la Loca (biografiasyvidas.com)

Todos contra Juana la Loca (lavanguardia.com)

👑 ¿Y si Juana la Loca no estaba tan loca? - YouTube

Testamento y codicilo de Isabel I de Castilla, llamada la Católica (ub.edu)

Biografía de Juana I de Castilla (Su vida, historia, bio resumida) (buscabiografias.com)

Breve biografía de Juana ‘la Loca’ (Juana I de Castilla) (redhistoria.com)

Los hurtos más ruines de Carlos V a su madre Juana la Loca: joyas por ladrillos (elespanol.com)

Juana I de Castilla - Personajes históricos - tordesillas.net

Juana no estaba tan loca (granadahoy.com)

La mujer a la que quitaron la razón y, de paso, un reino (elconfidencial.com

domingo, 18 de septiembre de 2022

Igualdad, ¿para cuándo? Reflexiones de una abuela

No deja de sorprenderme, cuando pienso en discriminación de género, en el tratamiento que la sociedad da a un mismo hecho dependiendo de si quien lo protagoniza es un hombre o una mujer.

Hace unos años una conocida actriz publicó en Instagram un vídeo de uno de sus hijos trepando por una nevera para, al parecer, tratar de alcanzar unos caramelos. Las reacciones no se hicieron esperar, recibió miles de comentarios, algunos positivos, claro, pero una gran parte de ellos en la línea de que si era muy peligroso lo que el niño estaba haciendo, que esperaban que la nevera estuviera anclada a la pared, que si perecía un mono, que vaya una manera de educar, que alguien debería poner límites a ese niño, etc.

El mismo día su marido, otro famoso actor de reconocido prestigio que se ha puesto en varias ocasiones en la piel de un súper héroe de cómic, publicó el mismo vídeo y ¡oh, sorpresa!, en este caso la mayoría de los comentarios eran positivos: “épico”, “parece Spiderman”, “digno hijo de su padre“, “vaya alpinista” …

Cierto es que en las redes sociales parece que haya patente de corso para decir lo que cada uno quiera y faltarle el respeto a quien se considere oportuno; de eso tampoco se libran los hombres, por supuesto. Pero este caso en concreto es muy significativo, ya que la misma información compartida por una mujer y por un hombre recibe una respuesta tan contraria: A la mujer se le juzga por su función de cuidadora, al hombre, sin embargo, se le juzga en función del súper héroe que interpreta en la pantalla, nunca como responsable del niño.

Por eso, cuanto más profundizo en el tema, más difícil me parece que lleguemos algún día a vivir en una sociedad igualitaria. Tanto, que veo muy optimista que la ONU lo crea plausible para 2286, porque son muchos los años de opresión que llevamos a nuestras espaldas y porque el patriarcado se adapta perfectamente a cada uno de los avances conseguidos, con el objetivo de tergiversar todo y de que volvamos a retroceder. Y eso que se supone que vivimos en una sociedad privilegiada con unas políticas sobre igualdad de lo más avanzadas. En teoría, al menos.

No me considero una persona pesimista, pero como mujer que soy he de reconocer que este tema me produce desesperanza. ¿Cómo vamos a conseguir nunca hablar de igualdad si tenemos tan interiorizados los estereotipos de género? ¿Qué podemos hacer desde los hogares para contrarrestar toda la información con que bombardean a los niños y las niñas que contradicen lo que les enseñamos en casa? ¿Cómo voy a enseñar a mi hija a reconocer que una relación es nociva si (verídico) en el colegio una profe le cuenta que a Carmen, la de la ópera, la mataron porque la querían mucho? ¿Cómo podemos convencer a los hombres que nos rodean de la desigualdad que padecemos, si no la ven porque no la sufren, si piensan que exageramos? ¿Cómo luchamos contra las nuevas teorías que tan convenientemente confunden género con sexo? ¿Cómo pretender erradicar la explotación sexual si es uno de los mercados más rentables que existen?

Ojalá me equivoque, pero la viñeta que publicó Flavita Banana en su cuenta de Instragram, con la que acompaño estas reflexiones, reflejan perfectamente lo que pretendo decir.



miércoles, 14 de septiembre de 2022

La modernidad terminó por alcanzarme

La modernidad terminó por alcanzarme: diario de una abuela

Por mucho que una intente resistirse, las nuevas herramientas siempre te alcanzan. No es que no considere útiles las redes sociales o las nuevas tecnologías, o que piense que son sólo para los y las jóvenes, ya que, aunque supongo que no con todo su potencial, también las utilizo, pero... ¿un blog? ¿yo?

Pues aquí estoy, empezando uno. Por imperativo, eso sí, pero empezando. Porque al apuntarme al curso "Fundamentos sobre la igualdad entre hombres y mujeres" del INAP, resulta que también tengo que aprender a abrir y trabajar un blog. Pues habrá que hacerlo. No sé lo que deparará el futuro, si le cogeré el gustillo a esto de bloguear... ¿y si luego no hay quien me pare? Eso ya lo veremos, de momento lo que sí tengo claro es que si un tema me interesa quiero seguir profundizando y aprendiendo todo lo que pueda, así que la sensación que tengo ahora mismo es de que al apuntarme a este curso he conseguido un dos por uno: Igualdad + Blog ¡mira por dónde! Pues nada, a intentar sacar el máximo partido de los dos aprendizajes

Fin de fiesta Después de un largo e interesante recorrido, llegamos al final del curso "Fundamentos sobre la igualdad entre hombres y m...